"La casa estaba construida en lo alto de la montaña, y desde la terraza orientada al sudoeste se atisbaba el mar a lo lejos entre los árboles. La porción de mar que se podía ver no era muy grande, parecía la cantidad de agua que cabría en un balde: un trozo diminuto del inmenso océano Pacífico. Un conocido que trabajaba en una agencia inmobiliaria me había dicho que el valor de las casas variaba mucho en función de si se veía el mar o no, aunque solo se tratase de una porción minúscula. A mí me resultaba indiferente. Desde aquella distancia, tan solo parecía un trozo de plomo de color apagado. No entendía el porqué de tanto afán por ver el mar. Yo prefería contemplar las montañas. Según la estación del año y la meteorología, su aspecto variaba por completo y nunca me aburría. De hecho, me alegraba el corazón."
La muerte del Comendador - Haruki Murakami
Editorial Planeta Chilena S.A., 2018
"Reconocer la realidad como forma de ilusión, y la ilusión como forma de realidad, es igualmente necesario e igualmente inútil". F. Pessoa
domingo, 12 de mayo de 2019
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