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viernes, 3 de febrero de 2023

la verdadera felicidad

 "La verdadera felicidad se debe a lo vano e inútil, a lo reconocidamente poco práctico,  a lo desmedido, a lo superfluo, a las formas y a los gestos bellos que no tienen utilidad y que no sirven para nada. Andar paseando parsimoniosamente, comparado con el correr o marchar hacia algún lado, es un lujo. El ceremonial de la inactividad es: hacemos pero para nada. Este para-nada, esta libertad con respecto a la finalidad y la utilidad, es la esencia de la inactividad. Y es la fórmula fundamental de la felicidad.

La inactividad caracteriza al flaneur de Walter Benjamin. La peculiar indecisión del flaneur. Del mismo modo que aguardar es el estado propio del contemplativo inmóvil, parece que la duda lo es del flaneur. En una elegía de Schiller se dice: "Las alas indecisas de la mariposa" Tanto el aguardar como la duda, el andar del ser humano se asemeja a una marcha. Como el ala de la mariposa, es la vacilación la que otorga su encanto. La resolución o el apuro le quitan cualquier gracia. El flaneur hace uso de la capacidad de no actuar. "

Vida contemplativa - Byung-Chul Han



miércoles, 7 de noviembre de 2018

buscando lo esencial

"Fue en 1936 cuando Walter Benjamin designó la forma de recepción de una película como shock . Este se produce en el lugar de la contemplación como actitud de recepción frente a una pintura. Pero el shock  ya no es hoy adecuado para la caracterización de la percepción. Es una especie de reacción de la inmunidad. En esto se asemeja al asco. Las imágenes ya no provocan ningún shock . Incluso las imágenes de asco tienen que divertirnos (por ejemplo, Dschungelcamp )*. Se hacen consumibles. La totalización del consumo elimina toda la forma de contracción inmunológica.
[                                                                                                                           ]

El ifs (Information Fatigue Suyndrom), el cansancio de la información es la enfermedad síquica que se produce por un exceso de información. Los afectados se quejan de creciente parálisis de la capacidad analítica, perturbación de la atención, inquietud general o incapacidad de asumir responsabilidades. Hoy todos estamos afectados por el ifs. Y la razón es que todos nosotros estamos confrontados con una cantidad de información que aumenta velozmente.
Un síntoma principal del ifs es la parálisis de la capacidad analítica. Precisamente la capacidad analítica constituye el pensamiento. El exceso de información hace que se atrofie el pensamiento. La capacidad analítica consiste en prescindir, en el material de la percepción, de todo lo que no pertenece escencialmente a la cosa. En definitiva, es la capacidad de distinguir lo esencial de lo no esencial. El diluvio de información al que hoy estamos expuestos disminuye, sin duda, la capacidad de reducir las cosas a lo esencial. Y, de hecho, pertenece esencialmente al pensamiento la negatividad de la distinción y la selección. Así, el pensamiento es siempre exclusivo.
Más información no conduce necesariamente a mejores decisiones. Hoy se atrofia precisamente la facultad superior de juicio por la creciente cantidad de información. Con frecuencia un menos de información produce un más. La negatividad de la omisión y del olvido es productiva. Más información y comunicación no esclarecen el mundo por sí solas. Y la transparencia tampoco lo hace clarividente. El conjunto de información por sí solo no engendra ninguna verdad. No lleva ninguna luz a la oscuridad. Cuanta más información se pone a disposición, más impenetrable se hace el mundo, más aspecto de fantasma adquiere. En un determinado punto, la información ya no es informativa, sino deformativa, la comunicación ya no es comunicativa, sino acumulativa."

En el enjambre - Byung-Chul Han
Ediciones Desligamiento, 2018