martes, 27 de junio de 2017

there is joy



"There is not only peacefulness, there is joy. And the joy, less deniable in its evidence than the peacefulness, is the confirmation of it. I sat one summer evening and watched a great blue heron make his descent from the top of the hill into the valley. He came down at a measured deliberate pace, stately as always, like a dignitary going down a stair. And then, at a point I judged to be midway over the river, without at all varying his wingbeat he did a backward turn in the air, a loop-the-loop. It could only have been a gesture of pure exuberance, of joy — a speaking of his sense of the evening, the day’s fulfillment, his descent homeward. He made just that one slow turn, and then flew on out of sight in the direction of the slew farther down in the bottom. The movement was incredibly beautiful, at once exultant and stately, a benediction on the evening and on the river and on me. It seemed so perfectly to confirm the presence of a free nonhuman joy in the world."

The art of the common place - Wendell Berry
Counterpoint 2002




sábado, 24 de junio de 2017

¿se pueden ampliar los límites?

"Cuando ejercemos nuestro juicio moral, no solo estamos afirmando que esto es mejor que aquello.  Incluso de un modo más fundamental estamos afirmando que esto es más importante que aquello.  A fin de ordenar la extensión y simultaneidad abrumadora de todo,  con el coste de ignorar o darle la espalda a la mayor parte de lo que está ocurriendo en el mundo.
La naturaleza de los juicios morales depende de nuestra capacidad para prestar atención:  una capacidad que, de manera inevitable, tiene límites, aunque estos pueden ampliarse.
Pero acaso el comienzo de la sabiduría, de la humildad, sea el reconocimiento, inclinando la cabeza, de la idea, la devastadora idea, de la simultaneidad de todo, y la incapacidad de nuestro entendimiento moral -que también es el entendimiento del novelista- para asimilarlo.
Acaso esta conciencia resulta más llevadera para los poetas, que no creen cabalmente en la narrativa. 

 Fernando Pessoa, grandísimo poeta y escritor portugués de principios del siglo XX, escribió en su suma en prosa, El libro del desasosiego:

"He descubierto que siempre estoy atento, y siempre pensando en dos cosas al mismo tiempo.  Supongo que todos somos así en alguna medida... En mi caso las dos realidades que atraen mi atención son igualmente vívidas.  En eso reside mi originalidad.  Eso, quizá constituye mi tragedia, y lo que lo vuelve cómico."

Sí, cada cual es en alguna medida así...pero la conciencia del carácter doble del pensamiento es una posición incómoda, muy incómoda si se mantiene por mucho tiempo.  Parece normal que la gente reduzca la complejidad de lo que siente y piensa y que clausure la conciencia de lo que se halla fuera de su experiencia inmediata.

¿No está este rechazo de una conciencia extendida, que asimila más de lo que ocurre ahora mismo, aquí mismo, en el centro de nuestra siempre confundida conciencia de la maldad humana y de la capacidad inmensa de los seres humanos para hacer el mal?  Puesto que existen, de modo categórico, zonas de la experiencia que no son angustiantes, que dan alegría, es un enigma permanente que haya tenido tanta miseria y maldad.  Una buena parte de la narrativa y las conjeturas que intentan librarse de la narrativa y volverse puramente abstractas se preguntan:  ¿por qué existe el mal?, ¿por qué las personas se traicionan y se asesinan unas a otras?, ¿por qué sufren los inocentes?
Pero acaso sea preciso reformular el problema ¿por qué no hay maldad por doquier?  Más precisamente ¿por qué está en algunos lugares, pero no en todos? ¿Y qué debemos hacer cuando no nos acaece a nosotros, cuando el dolor que se sufre es el dolor de los demás?

Al mismo tiempo - Ensayos y conferencias - Susan Sontag

Editorial Sudamericana,2008
pág.227


martes, 20 de junio de 2017

el latido del tren

"A Melanctha le gustaba errar y detenerse junto a las playas de maniobras del ferrocarril, y observar a los hombres y las máquinas y los cambios y todo lo que allí se movía.  Las playas de ferrocarril poseen una imaginación inagotable.  Satisfacen cualquier tipo de naturaleza.  Para el hombre perezoso, cuya sangre circula lentamente, es un mundo en constante movimiento que se se da y brinda la sensación de un gran poder en movimiento.  Puede sentirlo intensamente sin tener que trabajar;  lo siente aún más que el hombre que trabaja allí o que el dueño.  Además, para las naturalezas a las que les gusta experimentar emociones sin complicación de los sufrimientos, es hermoso sentir cómo se hinchan las venas en el cuello, y la plenitud, y los latidos del corazón y todo el vibrar de la excitación que nace de contemplar el ir y venir de la gente, y de escuchar los latidos de las máquinas y el prolongado silbido.  Para un niño que mira a través de un boquete en el tapial que rodea la playa, es un mundo de fantasía lleno de misterio y movimiento.  El niño ama todo el ruido y luego ama el silencio del viento que antecede a la aceleración del latido del tren, que sale de golpe del túnel en cuya oscuridad se perdió, como se perdió el ruido; y el niño ama el humo, que a veces sale en anillos, y siempre resopla fuego y color azul."

Tres vidas - Gertrude Stein

Editorial Troquel, 1966 pág,18


viernes, 16 de junio de 2017

why ask it?

"It´s no use having an enormous house -and for work and relative freedom of each it is indispensable that it should be so-   D. and I still have to make a great effort in order to be alone together for moment.  I regret none of it, on the contrary.  Each time I meet a bachelor of a certain age, a couple without children, aging or aged Bohemians, I can´t help feeling sorry for them.

And I know very well that one day, when all the children have flown the nest, we will think nostalgically of our house when it was so full.  It is true that I will be really old then.  But will I think myself old?  I am beginning to wonder.   My carcass will have shrunk, surely.  But will the rest change?  For the better?  For the worse?  If I live long enough I will know the answer one day.  But it is not impossible that I will keep putting it off until later, until so late that no one will be able to give it, which would explain why we never have enough satisfactory answers to these questions.   So why ask it? "

When I was old - Georges Simenon
first edition 1971 pág. 115



sábado, 3 de junio de 2017

elogio a la blancura

"Cuando se acercaba la primavera, trayendo otra vez el frío, en la época de los Santos, de las heladas y de los aguaceros de Semana Santa, la señora de Swann, como se le figuraba que su casa estaba helada, solía recibirme envuelta en pieles; desaparecían, frioleros, hombros y manos bajo el blanco y brillante tapiz de una esclavina y un inmenso manguito, ambos de armiño, que no se quitó al volver de la calle, y que parecían los últimos bloques de nieve inverniza, más persistentes que los demás, y que no lograron derretir ni el calor del fuego ni los asomos de la primavera.  Y la verdad completa de esas semanas glaciales, pero ya de floración, me era  sugerida en aquel salón, al que iba a dejar de ir muy pronto, por otras blancuras aún más embriagadoras:  por ejemplo, la de las flores llamadas "bolitas de nieve", que juntaban en lo alto de sus largos tallos desnudos, como los árboles lineales de los primitivos, sus globitos apretados unos a otros, blancos como ángeles de anunciación y envueltos en un olor a limonero. Porque la dueña de Tansonville sabía que a abril, aunque helado, no le faltan las flores; que invierno, primavera y estío no están separados por barreras tan herméticas como se cree el hombre de boulevard , el cual se imagina que mientras no lleguen los primeros calores en el mundo, no hay otra cosa que casas agobiadas por la lluvia. La señora de Swann se contentaba con lo que le mandaba su jardinero de Combray, y que no apelaba a su florista oficial para llenar las lagunas de aquella insuficiente evocación, sus préstamos solicitados de la precocidad mediterránea; pero no tenía yo la pretensión de que lo hiciese, ni lo necesitaba. Para sentir la nostalgia del campo me bastaba  que, juntamente con las nievecilla del manguito, las bolas de nieve (que quizá en el ánimo de la dueña de la casa no tenían más objeto que componer, por consejo de Bergotte, "sinfonía en blanco mayor" con el mobiliario y con su traje) me recordaran que el encanto del Viernes Santo representa un milagro natural, al cual podríamos asistir todos los años, de no ser tan insensatos; y que dichas flores, ayudadas por el perfume ácido y espirituoso de otras corolas que no sé cómo se llamaban, pero que me hicieron quedarme parado muchas veces en el curso de mis paseos de Combray, convirtiesen el salón de la señora Swann en paraje tan virginal, tan cándidamente florido sin hoja alguna, tan repleto de olores auténticos como la veredita de Tansonville."

A la sombra de las muchachas en flor - Marcel Proust
Calpe 1922 - tomo I pág.242