miércoles, 1 de julio de 2020

aquella niña

" - Ella dijo: También hay galletas.
Luego, con retraso, añadió, aún de pie, con su voz suave y serena:
- Hola, papá.
Nahum no encontró en su corazón ira ni resentimiento tan solo una punzante añoranza de aquella niña, como si no estuviera ahí, en la habitación a tres pasos de él, sino que se hubiese marchado a un lugar lejano y desconocido. Dijo con inquietud, y con tono interrogativo al final de la frase:
-He venido a ¿llevarte a casa?
David Dagan posó la mano en la nuca de Edna, acarició su espalda, jugó un poco con su cabello y dijo con calma:
-Edna no es un cachorro. No se la coge y se la deja.
¿Verdad, Edna?
Ella no dijo nada. Permaneció junto a la estufa, con los brazos alrededor de los hombros, sin prestar atención a los dedos de David Dagan que le acariciaban el cabello, y mirando la lluvia en la ventana.
Nahum levantó la vista y la observó. Le pareció serena y concentrada, como si sus pensamientos estuviesen inmersos en asuntos completamente distintos. Como si hubiese desviado su atención para no elegir entre esos dos hombres unos treinta años mayores que ella. O se esa elección apenas le concerniese. Solo se oía el azote de la lluvia en los cristales y el agua correr en los canalones. "

Entre amigos - Amos Oz

Ediciones Siruela S.A. 2013