“Aunque el
maestro hablaba con parsimonia y Biao se pensaba mucho algunas palabras, creo
que nunca he dibujado, garabateado y ensuciado una hoja con tanta rapidez como
lo hice aquel día durante aquella clase en Wudang. En realidad, todo me parecía
muy interesante, una teoría que me abría un mundo de posibilidades para pintar,
para crear, para trabajar las composiciones de mis futuros cuadros y no podía
permitir que se me escapara ni un solo detalle.
Se había
creado tal batiburrillo de conceptos en mi cabeza que ya no era capaz de
entender lo que iba traduciendo Biao. Me conformaba, desde luego, con tenerlo
anotado. Algún día, en París, todo aquello daría su fruto y la gente nunca
sabría el origen de mi inspiración, como no sabían tampoco que el llamado
Cubismo, inventado por mi compatriota Picasso, había nacido de una exposición
de máscaras africanas que él había visitado en repetidas ocasiones en el Museo
de la Humanidad de París. Sólo hacía falta ver las caras de su famoso
cuadro Las señoritas de Avignon, primer lienzo cubista del
mundo, para descubrir cuánto le debía Pablo al arte africano.”
Todo bajo el
cielo - Matilde Asensi
Editorial
Planeta S.A., 2006
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