"En uno de mis viajes, la casualidad me hizo coincidir en el mismo departamento del tren con un caballero septuagenario cuyo amable y bondadoso rostro imprimía un inequívoco sello de veracidad a las afirmaciones que brotaban de sus labios. Aquel caballero me contó la siguiente historia:
Ya sabe usted cuánta veneración sienten por el elefante de Siam los naturales de ese país. No ignora, seguramente, que está consagrado a los reyes, que únicamente los reyes pueden poseerlo y que en realidad ocupa una posición superior a la de los reyes, puesto que no sólo recibe honores, sino también adoracion."
El robo del elefante blanco - Mark Twain