Ven, hija mía, ven,
dame la mano, nos vamos
de la ciudad, te enseñaré
el molino, dos veces al día movido
por la marea,
un milagro crujiente
de ruedas y correas,
que traslada la fuerza
del agua a la piedra,
el polvo goteante
y los cuerpos de las arañas.
El molinero es amable,
tiene manzanas blancas y limpias,
nos cuenta toda clase
de leyendas sobre la historia
de la harina."
Del natural - W.G. Sebald