“La señora Lehntman necesitaba de Ana tanto como Ana de
ella, pero la señora Lehntman estaba más dispuesta a arriesgar la pérdida de
Ana, y así el poder de control de la buena Ana fue debilitándose.
En la amistad, el poder siempre llega a una curva
descendente. El poder que uno tiene para
dirigir va creciendo hasta que llega el momento en que uno ya no gana, y aún
cuando no haya perdido en realidad, desde el momento en que la victoria no es
segura, el poder de uno deja de ser fuerte. Sólo en
una relación tan íntima como el matrimonio puede esa influencia
ascender y volverse cada vez más fuerte
con el paso de los años, sin declinar nunca. Sólo sucede así cuando no hay
manera de escapar.
La amistad se basa en el favor. Siempre hay peligro de una
ruptura o de que un poder mayor se
interponga. La influencia solo sigue una continua marcha ascendente cuando
ninguno de los dos puede zafarse.
Ana quería mucho a la señora Lehntman, y la señora Lehntman
necesitaba de Ana, pero siempre había otros recursos, y si Ana había cedido una
vez, podía volver a ceder, así que ¿por qué habría de ceder la señora Lehntman?
“
Tres vidas - Gertrude
Stein
Ediciones Troquel, 1966
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