viernes, 2 de noviembre de 2018

si las aves no vuelven...


"Picaflor, picaflor, ¿dónde estás? Dicen que también las mariposas abandonarán nuestros jardines para siempre, que las abejas andan en caóticas migraciones que los expertos no logran descifrar. Ellos estarán en nuestros Ubi Sunt (dónde están) de los tiempos que vienen.
Pero hoy día pienso en el picaflor. A medida que se acerca su extinción irreversible, se me hace más arquetípico, idea graciosa y leve que esplende en el cielo de todo lo inexplicablemente ido. "Todo lo perdido volverá con las aves", dijo el poeta Jorge Guillén. Pero hoy lo perdido son las aves, y si ellas no vuelven ¿estaremos perdidos?. Lo frágil y leve sostiene el mundo, le da lección de equilibrio y eficacia. Por eso los dinosaurios tenían que desaparecer. Pero los picaflores y las mariposas ¿no tenían asegurada la eternidad en la tierra, hilos predilectos de Gaia, la soberana red?
Sospecho que su partida son los primeros signos del advenimiento del caos y la disarmonía. Sí, la ausencia de los picaflores de mi jardín chileno me pone milenarista. Es justamente en lo pequeño y sutil donde el mundo se hace más habitable:  es insoportable el espectáculo del hombre solo ante las fuerzas ciegas del cosmos, sin picaflores ni mariposas que lo acompañen en su irredimible soledad sobre la tierra.
Mi espíritu se alegra cuando todas las noches escucho el canto de un leal grillo en mi biblioteca. Él pone siempre el sonido primero de cualquier lectura, el tono de cualquier línea escrita. El día que no escuche su canto amoroso (sus patas vibrando para seducir la hembra) sentiré que me amenaza el rumor sordo del abismo que siempre nos rodea.
Mientras escribo estas líneas, ya va más de media hora que no veo pasar una mariposa. Me inquieto. Una loica de pecho colorado se para sobre los cables de un poste y quisiera preguntarle:  "¿Loica, hermanita, ¿no has visto a las mariposas? ¿Dónde están?" Cuando niños nos enseñaban a descifrar el canto de ciertos pájaros en los que creíamos escuchar la frase "¿Has visto a mi tío Agustín?" Dijo el gran poeta Juan Luis Martínez que los pájaros sólo hablan en pajarístico: quién sabe...pájaros, chinitas, arañas escriben el lenguaje del mundo que ya no sabemos leer.  Braille para los ciegos y sordos como tapia en los que nos estamos convirtiendo. Neruda pregunta en un poema crepuscular: "¿Estás triste, te parece"?  Sí, estoy triste, le contesto. Y recito con él: "Todo se va en la vida amigos se va o perece/ se va la rosa que desates o la boca que te bese/ (...) la mariposa mancha volante y llamarada... a veces se queda parada sobre la hoja que la mece.../¿estás triste, te parece? La mariposa volotea, revolotea y desaparece".

El Picaflor - Cristián Warnken
Aún no ha sido todo dicho (Cartas al lector)
Aguilar Chilena de Ediciones S.A., 2008


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