sábado, 22 de julio de 2017

lo que cuenta un bus

"Se trataba de un viejo autobús de cuatro cilindros, con un cambio de marchas especial, patentado.  Los flancos abombados del coche, a pesar de la pintura que los recubría, mostraban huellas de abolladuras, los golpes y los chirlos de una larga y accidentada carrera.  [  ]
También su parte interior se había reconstruido.  Los asientos que en otros tiempos fueran de caña estaban ahora tapizados con hule encarnado.  Se percibía levemente el agrio olor del hule y el más intenso y penetrante del aceite y la gasolina.  Era muy viejo y había hecho mucho viajes.  El piso, de tablas de roble, estaba desgastado y pulido por los pies de los viajeros.  Las ventanas no se podían abrir, porque no encajaban bien.  En el verano Juan las quitaba y al llegar el invierno las colocaba de nuevo.
El asiento del conductor se había desgastado hasta los mismos muelles, pero se utilizaba un cojín de florido quimón con el doble fin de proteger al chófer y de retener los muelles en su lugar.  Del parabrisas colgaban los penates:  un zapatito de niño que simbolizaba la protección, ya que los vacilantes pasos de las criaturas requieren la vigilancia y ayuda de Dios; un pequeño guante de boxeo simbolizador de la fuerza de los puños del chófer, del ímpetud del pistón al impeler la biela, de la decisión del individuo como persona responsable y ufana; colgaba también del parabrisas una muñequita vestida con un sarong  provocativo que simbolizaba los placeres de la carne, de la vista, del olfato y del oído.  Cuando el autobús se ponía en marcha aquellos símbolos se balanceaban unos contra otros frente a los ojos del conductor.
Sobre el tablero de los instrumentos de mando había una pequeña Virgen de Guadalupe de metal, pintada con brillantes colores.  La vestimenta de la Virgen era azul y estaba en pie sobre la luna, sostenida por querubines.  Era ésta la ligazón de Juan Chicoy con la eternidad. Apenas se relacionaba con la religión en todo lo que es iglesia y dogma, pero si mucho en lo que tiene de recuerdo y sentimiento."

El autobús perdido - John Steinbeck
Imprenta Clarasó 1955 pág 16





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