lunes, 15 de octubre de 2018

lo que no se busca aparece...

"Después trepamos al montículo en el que habíamos acampado: Tell Suwar, en la orilla izquierda del Jabur. Aquí no hay nada: ni aldea, ni habitáculo de ningún tipo ni siquiera, ni siquiera tiendas de beduinos.
Arriba, la luna y, abajo, el serpenteante Jabur con una gran curva en forma de S. El aire nocturno es una bendición después del bochorno del día.
-¡Qué encantadora colina! -digo- ¿No podemos excavar aquí?
Max mueve tristemente la cabeza de un lado a otro y pronuncia la palabra condenatoria:
- Romano.
- ¡Qué pena! Es un lugar magnífico.
-Ya te dije que el Jabur era el lugar -comentó Máx- Ambas orillas están rodeadas de tells.
No he mostrado el menor interés por los tells en varios días, pero me alegra descubrir que no me he perdido demasiado.
- ¿Estás seguro de que aquí no hay nada del material que buscas? -pregunto, ansiosa. Me he encaprichado con Tell Suwar.
- Sí, claro que lo hay, pero está muy enterrado. Tendríamos que excavar a través de todos los restos romanos. Podemos hacer algo mejor.
Suspiro y musito:
- Esto es tan silencioso y tan pacífico..., no hay un alma a la vista.
En ese momento aparece, como de la nada, un hombre muy viejo.
¿De dónde viene? Sube lentamente la ladera, sin premura. Tiene una larga barba blanca y una inefable dignidad. Saluda con cordialidad a Max.
- ¿Cómo está tu ánimo?
- Bien. ¿ Y el suyo?
- Bien.
- ¡Alabado sea Dios.!
- ¡Alabado sea Dios.!
Se sienta a nuestro lado. Se produce un largo silencio, el cortés silencio de los buenos modales que resulta tan relajado después de la prisa occidental. Por último el anciano pregunta a Máx cómo se llama. Max le contesta. El recién llegado reflexiona.
- Milwan -repite-. Milwan... ¡Qué ligero! ¡Qué brillante! ¡Qué hermoso!
Se queda un rato más. Después, con la misma serenidad con la que ha llegado, se marcha. Nunca volvemos a verlo."

Ven y dime cómo vives - Agatha Christie Mallowan
Tusquets Editores, 2008




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