martes, 2 de octubre de 2018

lucidez tardía

"Abuela Lin baña varias veces al día al viejo Tang:  por las mañanas, antes de acostarse y siempre que se hace sus necesidades encima. El lavabo particular es lo que más le gusta a Abuela Lin de su matrimonio, puesto que toda la vida se ha visto obligada a compartir el baño y a pelearse con otros cuerpos resbaladizos por la escasa agua tibia de las duchas oxidadas. Ahora que dispone de un baño para ella sola, aprovecha cualquier oportunidad para utilizarlo.
El viejo Tang es el único hombre que Abuela Lin ha visto completamente desnudo. La primera vez que lo desvistió no pudo evitar que los ojos se le fueran hacia el pene, que descansaba entre una mata de pelo poco poblada. Se preguntó qué aspecto habría tenido en otros tiempos, pero apartó de su mente el sucio pensamiento de inmediato. La indefensa desnudez le llenó el corazón de una ternura que nunca había experimentado, y desde entonces ha prodigado cuidados maternales al cuerpo del viejo Tang.
Una tarde, a finales de febrero, Abuela Lin acompaña al viejo Tang a la silla de plástico que hay en medio del cuarto de baño.  Le desabrocha el pijama y él dobla los brazos como le indica, con la cabeza apoyada en el omóplato de ella. Abuela Lin retira la boquilla y le rocía el cuerpo con agua tibia, poniéndole una mano en la frente para que no le entre agua en los ojos.
Abuela Lin está agachada en el suelo, dando masaje a las piernas del viejo Tang, cuando él le toca el hombro con la mano. Ella levanta la cabeza y vé que la está mirando fijamente a los ojos. Se le escapa un grito y escapa de él.
-¿Quién es usted?- pregunta el viejo Tang.
-Viejo Tang, ¿eres tú? - pregunta a su vez Abuela Lin.
- ¿Quién es usted? ¿Por qué está aquí?
- Vivo aquí - contesta Abuela Lin.
Descubre una lucidez antinatural en los ojos del viejo Tang. y se siente desfallecer, pues esos momentos de claridad solo se dan a las puertas de la muerte. Abuela Lin había visto esa misma luz dos años antes en los ojos de su padre, horas antes de que falleciera, así que decide salir en busca de un médico, pero tiene los pies clavados al suelo y los ojos en los ojos del anciano.
- No la conozco, ¿quién es usted?
Abuela Lin se mira. Lleva un poncho de plástico de color amarillo chillón y unas botas de goma de color verde, el uniforme de baño.
Soy tu mujer - responde
- Usted no es mi mujer. Mi mujer es Sujane. ¿Dónde está Sujane?
- Sujane ya no está con nosotros, yo soy tu nueva esposa. "


Los buenos deseos - Yiyun Li
Debolsillo, febrero 2010




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